lunes, 30 de junio de 2014

Leve recuerdo

De las cosas que guardo de los años
amados y perdidos aún me queda
tu piel ardiendo, ese sabor metálico
del sexo en la alta madrugada,
el dulzor a saliva, el imposible
calor de tus axilas y tus muslos,
la desesperación de no poder morirme
cuando entraba en tu cuerpo y me abrazabas.

La tersura del vientre,
la humedad que corría entre tus piernas,
el grito de tu voz cuando mi boca
buscaba entre tu carne. El dulce  nombre,
la palabra sagrada, el paraíso
de manzana y serpiente que nacía
más allá de los dioses prohibidos,
cuando eran los cuerpos gloria eterna.

De aquellos años guardo en mi memoria
el temblor de tus brazos, la terrible
expansión de universos que vivían
en tus pechos, las islas de tu ombligo,
la redondez del mundo en tus caderas,
el mordisco final, la lluvia cálida
que empapaba la noche y los abrazos.

Todo en ti para mí, para mis labios.
y morirme esta noche sin tenerte,
maldito para siempre en el recuerdo,
maldito como ahora cuando viene
la desesperación , cuando se marcha
la memoria de entonces y me queda
sólo una leve bruma, sólo esa
niebla que trae el olvido y que me mata.

6 comentarios:

jaime dijo...

... cuando eran los cuerpos gloria eterna.

¡Qué bueno leerte!. Agradecido

Isabel Motos dijo...

Qué difícil disipar la niebla, la bruma, el olvido que mata...

sinparaguas dijo...

Un pacer leerte, siempre.

Un saludo

Jirones de letras dijo...

Que delicia leerte Rodolfo, siempre poniendo tanta vida en tus versos. Un abrazo.

Katrina dijo...

Que triste recordar esos días como un pasaje remoto en nuestra memoria y que triste olvidarlo de a poco... lentamente, con la bruma

Hermoso!

Ailée dijo...

Buenísimo, precioso, brutal.

Azahara