miércoles, 3 de diciembre de 2014

Si alguna vez

Si alguna vez, cuando el dolor te encuentre
y sientas en el pecho que la vida
es un empeño inútil, aquel sueño
que nos bebió la sangre y la alegría.

Si alguna vez, cuanto te sientas sola,
y busques en las lágrimas consuelo,
y te encuentres que siempre en el camino
hay alguien que nos rompe el corazón.

Si alguna vez, después de haber amado,
las noches se hacen viento y lluvia y frío,
y en la copa no quede más que el turbio
deseo de unos labios ya lejanos.

Si alguna vez el tedio y la tristeza,
como los ceniceros de una fiesta,
te ahogan la garganta y estás sola
en el peor momento de la noche.

Piensa, entonces, en mí. Y bebe lentamente
la añoranza lejana de los días pasados.
Yo abrazaré muy fuerte las letras de tu nombre
mientras duermes lejana. Y beso tu recuerdo.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Esta noche también te echo de menos

Como todas las noches,
hoy te echo de menos.
Te escribo y te lo digo y tengo miedo.
El miedo de esta muerte, de esta vida,
la sensación terrible de que todo
está vencido
y no marcan la hora los relojes.
El miedo a que los días se me acaben,
de que no estés más allá de cuerpo y alma.

Esta tristeza amarga de los lunes,
esta angustia de no saber qué besos
habrá después de una boca que no es mía.
Y el miedo, el miedo siempre, el miedo siempre
a que no me despiertes de la noche,
A no tener tu cuerpo, como siempre,
a morirme sin ti sin yo saberlo.

Y tú lejos, y yo, tan sólo y sólo.
Y tú sin tú saberlo tan lejana,
La noche para no saber de tus palabras,
para no tener tu piel cuando no eras
esperanza ni vida, ni mordisco,
ni nada ya en la nada, ni siquiera
el verso que no sabe de medidas.

Mi vida tan pequeña, inútil vida
que jamás me dará sombras ni agua.
Mi vida para siempre, amor tan dulce
que nunca podrá entrar entre mis venas
buscando el corazón que te persigue.

Y esta noche de angustias y de miedos,
sin esperanza alguna que me salve,
sólo puedo decirte, que esta noche
como todas las noches,
amor, te echo de menos.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Soñar con la lluvia

Maldita sea la noche. Maldito sea este cuerpo
caído en estos males y el cansancio
de la sangre y la amargura de estos días.
Y ese dolor de entonces recordado.
La voraz sensación de saberte perdida.

Malditas sean las noches de soledad y fiebre,
medicinas malditas y besos escondidos.
Y sea maldito el vómito y la angustia
y las dudas de una vida que se esconde
en las células enfermas de la carne.

Más qué importa el dolor, estos dolores,
el miedo hacia lo oscuro, el tiempo ido,
si estuviera tu voz junto a mi boca,
y tu piel estuviera entre mis dedos,
despertando el recuerdo de tus ojos.

Porque tú ya no estás. Ya nunca eres
el agua del verano, el dulce otoño,
la palabra sagrada que me salve
de todo purgatorio, de este infierno
que me acompaña ahora sin tu nombre.

Y por eso, tal vez como esperanza
perdida, yo te invoco en esta noche,
me someto a tus manos que me salven
y pueda yo soñar con tu recuerdo,
como sueña la tierra con la lluvia.

martes, 28 de octubre de 2014

¿Qué es amarte?

Amarte no es tener tu cuerpo al lado,
ni que tu carne me cubra hasta los huesos,
o que mi boca atraque en tu costado
o te coma a mordiscos y con besos.

Ni es que busque cosquillas en tu vientre
ni la risa debajo de tus pechos.
Tampoco es que te busque y que te encuentre
desnuda ni vestida por mi lecho.

Amarte es recibir de madrugada
mensajes que me dicen: vaya día.
Y tú, ¿qué tal? Y yo no diga nada.
Y que por una vez no sea sincero
Y no te diga que estuve con las ganas
de llamarte y decirte que te quiero.

Sueño de una noche de otoño

Imagina que una noche, de repente,
te despiertas y me encuentras en tu cama.
Y yo beso tu frente, en la tibieza
de las sábanas te busco. Y luego
desciendo hasta tu pecho, acaricio
la aureola, te muerdo los pezones.
La eternidad debe ser estos instantes
de silencio que puede devorarse.

Voy bajando después hasta tu vientre,
huelo tu piel, mi lengua se detiene
en tu ombligo de miel y eternidades.
Y luego, luego ya, está la locura
del pubis que se enreda entre mis labios.
La salina belleza de humedades,
la dulcísima agonía de suspiros,
el estertor gozoso de la carne.

Tus manos en mi pelo, el movimiento
de tus caderas que levantan el placer,
la finísima piel que me rodea
la lengua, y el recuerdo
lejano y primitivo
del mar que entra en mi boca. Entonces
te despiertas e imaginas
que una noche de repente te despiertas
y me encuentras en tu cama.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Volver siempre



Durante un tiempo estuve ausente. Ando un poco liado, preparando un próximo libro. Podeis seguirme en face. Os dejo un poema más.

Vuelvo a dejar perdidos en mis cosas
la palabra de amor que no te dije,
los versos a tu nombre, la cerveza
que unió algunas sonrisas, una noche
de música, tibieza de tu cuerpo.

Los sueños imposibles y la suave
caricia de unas manos, el perfume
de una piel habitada por los ángeles.
Y ahora, mientras leo tus poemas,
bendigo aquel momento y te deseo
que llegues hasta el borde de la vida,
a la luz de unos ojos y en tu cama
te busquen esas manos que tú anhelas,
y tu carne se abra a la tormenta.
Y cuando en una noche de nostalgia
te asomes al balcón de tu pasado
y añores el color de viejos días,
sentirás en la hora del insomnio
que algo ronda tu pecho y tus caderas,
será mi sangre viva que te busca
para besar tu piel como la lluvia,
sabiendo que yo nunca
voy a tener la paz de los vencidos.


Y mis próximos conciertos poético-musicales con Manuel Cuesta:


Próximos Conciertos:
‪#‎SEVILLA‬ 9 De Octubre LA SALA con Rodolfo Serrano y Joel Reyes
‪#‎MADRID‬ 25 de Octubre en Libertad Ocho con Rodolfo Serrano.
‪#‎PALMADEMALLORCA‬ 9 de Noviembre en VAMP CAFÉ con Bruno Sotos Morlá.
‪#‎BARCELONA‬ 30 de Noviembre en L'Oncle Jack con Rodolfo Serrano (Festival Acróbates)



martes, 29 de julio de 2014

Los hijos de la esclava

Todo el dolor, la sangre, la tristeza,
el juego de los niños en la muerte,
y la vida fugaz como un suspiro,
frágil como los huesos de los viejos.
Esa vida, esa muerte en los fusiles,
la lágrima y el grito en las gargantas.

Y nunca habrá perdón, no hay dios que pueda
aceptar el sacrificio de la carne
del hombre condenado por el hombre.
Jamás habrá perdón mientras exista
la religión de sangre, el terror ciego,
el odio criminal, el fuego abierto.

Y más allá de vosotros, en la playa
donde los niños caen como cometas,
allí donde la paz es sueño muerto,
vuela el azul silencio de los libros
en los que la palabra se deshace.

Para vosotros nunca la esperanza,
el perdón por la inocencia rota.
No habrá perdón. Vuestro dios mismo
oculta el rostro en la ropa ensangrentada
de los hijos de la esclava de Abraham.

domingo, 6 de julio de 2014

Noche triste



En noches como ésta, algunas noches,
te sientes triste. Son noches de cansancio.
Ha llovido y queda por la calle
un perfume de hierba y de tierra mojada, 
igual que si de pronto regresaras
a los días del pueblo. Escuchas lejos
algún trueno lejano. Desearías
volver hacia los días de los amores viejos.

Estás triste esta noche. En la nevera,
una botella de vodka. 
Es el momento
de servirte una copa 
muy fría. Y acercarte
despacio hasta el recuerdo de sus labios.
Ella nunca bebía este tipo de alcohol, 
mas adoraba el vino,
la seca sensación de que era el sol
lo que entraba besando su garganta.

Pero esta noche, tan lejos y tan fría,
deseas que te llegue hasta las venas
su voz cuando leía antiguos versos,
sus pasos por la casa, el dulce sobresalto
de sus manos tapándote los ojos.
Ahora bebe, saborea 
el helado escalofrío
del cristal empañado por el vodka,
la niebla de sus brazos, 
la soledad de esta casa que odiarías
si no fuera porque guarda - o eso piensas-
por suelos y paredes algo de ella.

Sin embargo, en cualquier caso, y aunque sepas
que nada del pasado se repite, que ella misma
puede ser la invención de la tristeza,
mira bien lo que haces. Hay momentos
en noches como ésta, que es mejor elegir,
sin dudas ni preguntas, un amor inventado
que esta realidad sin esperanza.

lunes, 30 de junio de 2014

Leve recuerdo

De las cosas que guardo de los años
amados y perdidos aún me queda
tu piel ardiendo, ese sabor metálico
del sexo en la alta madrugada,
el dulzor a saliva, el imposible
calor de tus axilas y tus muslos,
la desesperación de no poder morirme
cuando entraba en tu cuerpo y me abrazabas.

La tersura del vientre,
la humedad que corría entre tus piernas,
el grito de tu voz cuando mi boca
buscaba entre tu carne. El dulce  nombre,
la palabra sagrada, el paraíso
de manzana y serpiente que nacía
más allá de los dioses prohibidos,
cuando eran los cuerpos gloria eterna.

De aquellos años guardo en mi memoria
el temblor de tus brazos, la terrible
expansión de universos que vivían
en tus pechos, las islas de tu ombligo,
la redondez del mundo en tus caderas,
el mordisco final, la lluvia cálida
que empapaba la noche y los abrazos.

Todo en ti para mí, para mis labios.
y morirme esta noche sin tenerte,
maldito para siempre en el recuerdo,
maldito como ahora cuando viene
la desesperación , cuando se marcha
la memoria de entonces y me queda
sólo una leve bruma, sólo esa
niebla que trae el olvido y que me mata.

martes, 17 de junio de 2014

La derrota, nunca

A mi amigo Paris Joel, rogándole que no abandone
Y nunca la derrota
podrá romper la voz. 
Nunca la angustia
dejara que la luna
se nos haga demonio,
terror de los amantes,
el lugar para el odio
de quienes buscan muerte.

Estaremos nosotros
en medio de la duda,
abrazando los nombres,
cuidando la canción de cada día.
Estaremos en medio
del corazón y el fuego,
En las manos abiertas
y en la palabra amigo,
Donde brilla la risa
y los labios se abren
en la boca que besa
y en el vino y la vida.

Pero nunca rendirnos,
que nunca puedan ellos
robarnos la palabra,
arrebatarnos nunca
la música del hombre.

Que jamás puedan, Paris,
presumir de tenerla
mas larga la alegría
y de haber derrotado
la canción de la sangre.
La canción que se hace
con el alma del otro,
con trozos de ternura
y la rabia más limpia.

Porque estamos muy solos,
porque tenemos miedo
a la noche de plomo,
porque nada seremos
si no tenemos cerca
el corazón amigo,
y la voz que no calla
y el latido salvaje
de quienes luchan, cantan
para cambiar el mundo
para darnos la flores
en los tiempos del frío.

Porque siempre habrá alguien
que una noche de insomnio
buscara una canción
que endulce su tristeza.

Jamás, jamás-por eso-
pueden rendir la voz
que golpea en nosotros.

miércoles, 4 de junio de 2014

Vieja fotografía

Miro tu foto. Es una foto antigua
que apareció de pronto en algún sitio.
Te ríes y miras fijamente. Tu sonrisa,
gloriosa, deslumbrante. Me imagino
que hay alguien que te dice alguna cosa:

Tienes la juventud de los recuerdos,
esa exacta expresión que da la dicha,
y podría jurar que tras la cámara
hay alguien que te ama -y le deseas-,
que sonríe también mientras te mira.

Me puedo imaginar tiempos felices
en la curva del rostro, en esos labios
perfecta, dulcemente dibujados,
en la dorada garganta que se pierde
en una blusa roja. Estás muy guapa.

Al mirarte esta noche, me pregunto
quién fue el amor que baila por tus ojos.
Quién supo recoger en esa imagen
la pasión que adivino, ese momento
por el que hubiera dado
mi vida por que fuera sólo mío.

lunes, 26 de mayo de 2014

Mujer desconocida

Me contaron que andaba por los bares,
buscando algún amor o sólo el beso
de alcohol que la llevara por las noches
de ciertas ciudades, por los puertos
de nieblas y de olvidos.

Contaba que un día tuvo entre sus brazos
los amantes más fieles y las horas
más salvajes y tiernas, cuando era
el pecado más dulce y en su boca
dormían las tormentas.

Nadie supo su nombre. Amanecía
y ella rebuscaba unas monedas
en su bolso de plástico. Pagaba
y sin decir una palabra se marchaba
hacia otras soledades.

Nunca pude encontrarla, aunque su historia
me persigue en las noches en que busco
el olvido en las barras, cuando el frío
tiene el nombre de todas las mujeres
que un día me quisieron.

De vez en cuando, me voy hasta las calles
húmedas por la lluvia y el deseo,
recorro madrugadas, me detengo
en cualquier bar extraño y adivino
su perfume en el aire.

Pero sé que jamás he de encontrarla.
Por mucho que en cualquier libro de versos
reconozca su voz y entre los vasos
quede aún la tristeza de su boca
que bebo sin remedio.

lunes, 19 de mayo de 2014

Esta canalla

Esta tropa de banqueros y políticos,
esta canalla del silencio y la mentira,
esta gentuza, amor, está ganando
la batalla diaria de la vida.

Nos acorralan, invaden nuestras almas,
deshacen  el color de la palabra,
hipotecan todo el sufrimiento,
la paz que hay en tu abrazo y en tu sueño.

Acaban con el hombre, lo encarcelan,
dibujan la tormenta y traen la lluvia
del frío en el invierno. Como dioses
maltitos traen la espada.

Están entre nosotros. Glorifican
los pecados más turbios, el deseo
de las voces amargas, cuando todo
es pura soledad de su desierto.

Del dolor hacen carne, sangre muerta,
roto espejo pegado a la caverna.
Envenenan el nombre de las cosas
y dejan sin manzana el paraíso.

Ahogan nuestros sueños y vacían
las almas y devoran insaciables
la risa de los niños, nos apagan
el fuego de la casa y de los besos.

Se mean en el vino del domingo,
escupen sobre el pan de cada día.
Quiebran el espinazo de la vida,
ensucian la alegría y las canciones.

Esa gente, esa canalla, vida mía,
que persigue a los amantes y a los locos,
nos matan con sus cifras oficiales,
destruyen la mirada de la tierra.

Por eso, tierno amor, dulce caricia,
los tiempos no están hoy para poemas
de amor. Porque esta peste,
a poco que tú y yo nos descuidemos,
acabará con nosotros sin remedio.

lunes, 12 de mayo de 2014

El tiempo ido

De los males sin nombre que me aquejan
guardo la soledad del café frío,
el insomnio de noches y latidos
el recuerdo de amores en la sombra.

Los cines y las calles, la tristeza
de urgencias y hospitales, los informes
de médicos y amantes y los miedos
de un corazón sin lluvia en primavera.

De todo lo perdido, de estos días
donde la voz es un ámbito desierto,
guardo el silencio de todos los espejos,
las tardes en la playa de tu nombre.

De l,o que fui en los tiempos de la gloria
me quedan los naufragios de la dicha,
el calor de una piel, algún instante
en el que pude destruir el paraíso.

Algún beso perdido entre la ropa,
un abrazo de miel y madreselva,
esa copa final, algunos bares,
la cita en un hotel de las afueras.

Y ahora que mi cuerpo está ya escrito
en calendarios de duda y medicinas,
me subo hasta el color del tiempo ido,
sabiendo que ya nada puede herirme


lunes, 5 de mayo de 2014

A Jaime Gil de Biedma

Que la vida iba en serio
uno, maestro, lo comprende cuando
sientes que el dolor se te hace carne
y las tardes empiezan a ser tristes.

Y los grandes amores se convierten
en esa tos a las tres de la mañana,
y el cansancio
es el pan de cada día.

Cuando ya no te llaman por teléfono
más que voces de eléctricas y bancos,
y una joven muy bella por la calle
te cede el paso al subir al autobús.

Y sientes que la noche es enemiga
de versos y de besos,
y te mueres
a solas con recuerdos de otro cuerpo.

Entonces tú comprendes que la vida
ya no está en el presente,
y el futuro
es aquello que nunca conseguimos.

Iba en serio la vida.
Y ahora mismo, ahora lo comprendes:
Envejecer, morir eran tan sólo
las dimensiones del teatro

martes, 29 de abril de 2014

Medicina

Y no es verdad. Tampoco hay amor que consiga
derrotar los dolores de la carne cansada.
Esa punzada viva que te atraviesa el pecho,
o, pura y simplemente, el amargo mareo
de una resaca infame al levantarte el lunes.

De dolores mayores también está probado
que no hay pasión alguna capaz de aniquilarlos.
Que no hay beso que pueda, en cualquier madrugada,
anular el aullido de una muela maldita,
ni unos labios que venzan a un infarto y su angustia.

El amor es más débil que cualquier aspirina.
Se nos viene y se marcha cuando no lo queremos,
deshace corazones y siembra de peligros
la soledad sin nombre de todos los dolores,
y alimenta el fracaso de los años perdidos.

Por eso, cuando ahora mi cuerpo vive en ese
misterioso milagro de miedo y medicinas,
declaro mi derrota y me someto inerme
sabiendo que tu cuerpo ha perdido esta noche
la dudosa esperanza de salvarme en tu nombre.

martes, 22 de abril de 2014

Insomnio

Despiertas una noche
y te llega el dolor,
los dolores del alma que deshacen el sueño,
que te rompen las horas.
                                        Y el silencio
pesa como una cruz maldita y conocida.

Abandonas el lecho y recorres la casa,
enciendes un cigarro. Te preparas
una copa en la alta madrugada.
Los recuerdos son pájaros dormidos.
(Y ese dolor del alma, tan real, tan cercano).

Sientes la soledad rondando en el pasillo.
Una tristeza vieja te llega hasta la boca.
Y sabes que el reloj se ha parado ahora mismo.
Nada hay que te pueda salvar de la amargura.
Y no hay voz que te salve del miedo y las sombras.

Busca entonces un libro.
La Isla del Tesoro, Moby Dick o los versos
más hermosos que puedas recordar.
Deja que pase el tiempo lo mismo que si fuera
el minuto perfecto, ese instante perdido
de los años de dicha.

Espera que amanezca tras las negras ventanas,
que el ruido de diez mil automóviles arrastren
la quietud del momento.
Pues todo está perdido en este largo insomnio.
Y sabes que el dolor,
como una lluvia fría
va a acompañarte siempre en cada viaje tuyo.

Pero entonces,
aunque sea un momento,
piensa en ti, cuando eras ese cuerpo glorioso
que un día dio a otra carne el gozo de la vida,
la fugaz sensación de que fuisteis eternos.
(Y lejos, en la noche, en una cama extraña,
hay alguien que aún te añora aunque no te recuerde).

lunes, 14 de abril de 2014

La Isla del Tesoro

Oído en un telediario:
Una mujer en una manifestación por la educación pública: 
“Tenemos que protestar si no queremos perder nuestros derechos”
Un político: “No cambiaremos nuestras políticas 
por muchas protestas y manifestaciones que se hagan”


Cuánta tristeza. Cuánto
dolor en las palabras que ahora escucho
yo derrotado frente al televisor.
Por las calles, se extiende, como un sueño,
la impotencia, las manos que no tienen
más que el blanco vacío, el imposible
afán de la tormenta que no llega,
que ha de limpiar las plazas y los cuerpos.

Un futuro sin nombres ni amapolas.
La soberbia se sube a los caballos,
deshace claros días, atraviesa
con la lanza del odio la esperanza.
Mata la voz del hombre, lo aniquila,
lo entierra entre palabras. Hay un vómito
agrio de vino y sangre en el asfalto.

Y todo, todo está como si nada,
como si todo fuera una noche interminable,
el deseo de un fuego ante la cueva,
la nostalgia de viejos paraísos,
la sensación del miedo, el lento pulso
de un corazón cansado y ya vencido.

Más allá de esas voces se levantan
unos labios abiertos a la vida,
los cuadernos y libros escolares,
el alma de los niños, la tristeza,
el pan de cada día y las canciones
de amor, la piel de las estrellas.

Cuánta tristeza. Amor, cuánta tristeza,
cuánto dolor, ahora, ya perdidos
para siempre los mapas que nos traigan
el tesoro de la isla a nuestras manos.
Mas sálgamos al mar. Vente conmigo,
La bandera pirata es ahora nuestra
y Jhon el Largo nos guía hasta su isla.


martes, 8 de abril de 2014

Una noche mágica


Ayer fue un día grande. Una noche grande. Mi amigo Manuel Cuesta me in vitó a compartir el Libertad, 8. Amigos maravillosos con nosotros: César de Centi, Jon Andión, J Álvaro, Jerónimo Salinero, Dani Eme...Disfrutamos de las canciones de Manuel (me emocioné con mi poema Estos días, musicado magistralmente por él) y tuvimos la ocasión de saludar a viejos y nuevos amigos (Ricargo, Fernando, Julio, Joaquín, Elvira, Julián, Salva, Mari Recio, Dani...


Es asombroso que la música y la poesía atraigan todavía a la buen a gente, hagan de vínculo y abrazo. Y que Fernando Lucini siga tan maravillosamente activo, que todavía tenga el corazón abierto, incansable al cansancio, a los sinsabores... Gran Fernando. Hombre bueno y sabio, padre de tantos cantautores, bondadoso y ser humano escepcional. Siempre con tiempo para todos, siempre una palabra amable, siempre al lado.


Quiero también dedicar un recuerdo especial a Paris Joel. César de Centi que, igual que Dani Eme, tuvo la generosidad de cantarnos una de su canciones, se acercó luego a mi para darme recuerdos de Paris. Y le dije el milagro de la vida que supone que nunca haya visto a Paris y le tenga tanto afecto, le sienta tan cercano a mí.


César me dijo algo curioso: "Resulta que él ha utilizado esas mismas palabras. Me ha dicho que nunca te ha visto personalmente y que no entiende cómo se siente tan cercano a ti. Si le conocieras. Es un ser extraordinario. Luchador y buena gente". La vida, a veces, como dice Ismael, te guiña los ojos, te invita a una ronda. A mí me invita con gente como ésta.

Le dije a César que entre mis sueños está ir un día a conocer Sada, a conocer a Paris. "Ojalá", me contesto, "te encantaría el pueblo y Paris". Ojala se cumnplan un día nuestros sueños.

Siento no tener más fotos. Pero valgan como recuerdo.

lunes, 7 de abril de 2014

Tu dolor

Tu dolor. Tu tristeza que me llega,
como una herida abierta.
-tu corazón doliente-
que me cuentas
en cuatro líneas apenas muy lejanas.

Quisiera acariciarte muy despacio,
en esa soledad
que siento como mía,
que me besa en el alma y se deshace.
Y no sé qué serás, dónde tú ahora
escondes ese miedo,
dónde andarán tus días y tu sombra.

Esa sombra,
Esa palabra tuya, la que entonces
recorría mi boca y removía
el temor al fantasma del olvido.
Me llegan como llegan los otoños,
con la misma nostalgia de los lunes,
igual que tus mensajes en la arena.

Ahora que ya no estás,
que nada eres,
se me clava tu miedo y adivino
tus noches en la cama de los otros.

Por eso, corazón tan deseado,
escribo a tu tristeza,
y sólo tengo
estos versos, la palabra
que quiere acariciar
el alma que aún deseo
y que me duele.

lunes, 31 de marzo de 2014

Todo lo perdi

Todo lo perdí, salvo tu nombre.
Lo demás se me ha ido poco a poco:
sudores y palabras, cortas noches,
la copa del encuentro, negros días,
los lunes del pecado, los hoteles
sin vino y la esperanza del invierno.

Todo fue como el aire de la vida,
la luna acorralada, el tiempo en blanco,
las caricias de amor y los papeles
con versos y las cartas del olvido.
Las dudas ante el beso, la alegría,
el amor a las tres de la mañana.

En todo estabas tú, aunque no eras:
la atracción de los cuerpos y la sangre
golpeando el rincón de los insomnios.
Las calles para andar en tu costado,
la cintura, los lazos de la carne,
el camino hacia donde y hacia cuando.

Por allí –y allí mismo- estaba el frío,
las tardes de domingo, el sueño a solas,
las manos como fuego, tiernos labios,
el abrazo del miedo, las llamadas,
teléfonos sonando en la penumbra,
el cielo protector cuando tú estabas.

Y todo lo perdí. Ya no me queda
más que el nombre, tu nombre que es ahora
el recuerdo lejano de un instante.



CON MANUEL CUESTA EN LIBERTAD, 8

Y por fin, Manuel Cuesta ha tenido a bien invitarme a compartir con él una noche de música y versos. Salgo, como he dicho en anteriores ocasiones, muy poco por la noche. Pero cómo desaprovechar esta ocasión para disfrutar Cerca de la Tempestad. Con Manuel comparto tantas cosas. Y estoy deseando, además escuchar en directo su disco.

No os lo perdáis. Merece la pena. Si tenemos suerte y el pintor y poeta Jerónimo Salinero se anima, tendremos ocasión de disfrutar de sus versos. Muchos le conocéis y sabéis que es un placer gozar de su humor y su poesía.

lunes, 24 de marzo de 2014

Las manos de Lila

A mi nieta, recién venida

Se mueven como el mundo. Dulce, sencillamente.
Esas manos que un día abrazarán la tierra,
que traerán caricias y curarán dolores
y harán de los caminos abrazos de los cuerpos.

Esas manitas chicas, como estrellas de aire,
que se agarran dormidas a la vida que late
en otra carne amada, en el calor del sueño.
Esas manos que traen el nombre de la dicha.

Los dedos como brotes de los frutos más dulces,
nubes y caracolas donde se esconde el viento.
Esperanza y promesa de un futuro que rompe
la tormenta del miedo y la palabra nunca.

En esas manos mueren los espacios vacíos,
la eternidad empieza como un beso cercano,
lo mismo que si fuera el universo abierto,
el lento movimiento de todas las mareas.

Me agarran esas manos, me acarician despacio,
y rozan suavemente mis dedos asombrados.
Luego, tiernas y frágiles, llegan hasta mi pecho
abren mi corazón y se quedan dormidas.

martes, 18 de marzo de 2014

La vida

Estas cosas, amigo, aunque nos cueste,
son, sin duda, las reglas de la vida.
Yo puedo recordar, sin ir más lejos,
su sonrisa radiante cuando ella
llegaba a nuestra cita. Y sin esfuerzo
sentir aún sus labios como el vino,
y sus manos abriendo mi camisa.

Y el aliento quemándome los labios,
su voz de mar, el tierno sobresalto
de sus piernas abiertas a mi carne.
Puedo, incluso, volver a estremecerme
en la espesa batalla de los cuerpos,
y oír su corazón como si fuera
el mágico rumor de mil tormentas.

Está todo en mis venas. Si me apuras,
podría sin esfuerzo revivirme
en cada una de todas sus palabras,
revivir el cansancio de la carne,
tras el amor. Contarte como eran
las gotas de sudor entre sus pechos,
y la humedad del pubis en mi boca.

Y sin embargo, ¿qué quieres que te diga?
El tiempo vence a todo. Nos derrota
sin compasión, terrible y brutalmente.
Porque un día la encuentras en la calle,
te besa fugazmente la mejilla,
y sonríe –“me esperan”- y se marcha. 

lunes, 10 de marzo de 2014

Te invoco hoy

Te recuerdo todavía. Y sin embargo
nunca fuiste un gran amor, niña perdida.
Mis ojos asombrados y esas manos
recorriendo mi cuerpo, cuando era
la soledad el mundo conocido.

Te tengo en la memoria y en la carne,
en esta hora del sueño y del olvido.
Me llegan, lo mismo que hojas muertas
tu suspiro, el jadeo de tu pecho,
en la cama deshecha de tu cuarto.

Tus besos con sabor a cigarrillos,
el silencio de nubes, la dulzura
de tu piel transparente, la caída
de tu cuerpo en mi cuerpo. Aquellas noches
con el miedo al reloj en la mesilla.

¿Y qué ha sido de ti? De vez en cuando
tu nombre me persigue por los libros,
se despereza lento como el suave
regusto a sal de la melancolía,
lo mismo que el sabor de un vino nuevo.

Pedacito de amor, niña sin dueño,
palabra de mis noches. Dulce encanto
del momento encontrado cuando todo
era la vida en punto, y no había nada
más allá del deseo de las sábanas.

Esta noche te invoco. Por aquellos
abrazos de pasión, por la locura
de la sangre. Por mis dedos
buscando el universo de tu vientre,
la eternidad de dios en tus caderas.

Vienes a mí. Te duermes a mi lado.
Te me mueres lo mismo que si fueras
el sol cálido de todos mis inviernos.
Nunca fuiste mi amor. Pero ahora mismo
tu nombre es mi deseo y mi nostalgia.

lunes, 3 de marzo de 2014

Todo es ahora

A mi amigo Carlos López Collado


Esa atracción salvaje de los cuerpos,
la furiosa pasión de los abrazos,
la succión de los labios en los pechos,
el calor de la piel, el suave vientre
donde Ismael perseguiría a la ballena.

Esa muerte dulcísima y querida,
cuando los cuerpos rompen el latido,
se emborrachan de limpias humedades,
se rompen en la esquina de la noche
cabalgan la locura del instante.

Esos besos benditos, el mordisco,
relámpagos eternos, la tormenta
del corazón golpeando el universo,
esa carne abriéndose al impulso
de la sangre caliente del deseo.

Y todo, todo eso, amigo Carlos,
es, al final, un cuerpo a nuestro lado,
ese cuerpo glorioso por el tiempo,
que duerme entre las sábanas y roza
un instante tu piel en la alta noche.

Esa loca pasión, aquella fiebre
es ahora la ternura de una mano
que, lenta y dulcemente, te acaricia
cuando viene el dolor y tienes miedo.

lunes, 24 de febrero de 2014

Leyendo a Machado

(Se cumplen 75 años de la muerte de Antonio Machado)

Don Antonio, las cosas no han cambiado.
Sigue la misma sed del hombre malo,
la sombra de Caín va por los campos
de la misma Castilla. Y esta España
continúa dividida como entonces.

Hoy, don Antonio, los mismos colegiales,
el hombre del casino provinciano,
y pronto volverá don Guido jaranero
como un trueno, don Antonio, a los altares.

Tantos años después y todo sigue
en la misma tristeza. Y olmos secos
siguen aún abiertos por el rayo.

Releo en esta noche en que se cumple
el triste aniversario de su muerte
la letra de ese mundo que pervive
por encima del humo y la ceniza.

Y no está todo en paz. Están los hombres
al lado del camino. Y no sabemos
para qué sirve el vaso ni la sed.
La verdad, don Antonio, la del otro,
sigue siendo verdad, mas ya no es nuestra.

Esta noche confieso que aún me queda
una leve esperanza, la del niño
que sueña con caballos de cartón,
aunque el hastío o el hambre, don Antonio,
retumbe en el vacío de la cabeza.

lunes, 17 de febrero de 2014

En ti

En ti quiero perderme en esta hora
negra de la tristeza y del olvido.
Ahora cuando llueve sobre el campo.
Con el miedo de todo, te recuerdo.

Me viene muy despacio la nostalgia:
tu cuerpo como tierra bendecida,
tu pubis como pluma de un arcángel,
suave como el otoño y la llovizna.

Aquel amor furioso, aquellos labios
abiertos a la noche, aquellas manos
con soledad de viejas estaciones,
tus pechos en mis dedos y en mi boca.

Allí donde la vida comenzaba,
donde habitaba siempre la alegría,
cuando todo era luz, cuando tus ojos
buscaban las tormentas de los cuerpos.

Relámpagos azules en tus piernas.
Explosión de la sangre. Y esa muerte
rozando el corazón sobre la cama
de hoteles en la niebla y viejos barcos.

En ti me pierdo ahora, cuando nada
puede volver a aquellos días gloriosos,
ahora que el recuerdo sólo tiene
el olor de las cosas que perdimos.

lunes, 10 de febrero de 2014

Oración

Ven hasta mí. Desciende por mis venas,
clava mi corazón entre tus piernas,
descárgate los besos, bebe el ansia
de esta luz que persigo por tu carne.

Deshaz la tierra oculta en tu mirada,
busca la soledad de plazas y de calles,
golpea con tus labios fresas nuevas,
pronuncia la palabra de los amores viejos.

En todo, en ti y en mi, vive la vida,
recupera las manos de los niños,
escríbeme en tu piel como se escriben
los versos de la tarde y de la lluvia.

Déjame junto al agua los eléctricos
ramitos de amapolas, los naufragios
del mar y de la espuma del olvido.
Venga la paz del hombre sin tu miedo.

Y cuando, al fin, la noche nos envuelva
reclínate en mi pecho, dame el vino
y brinda por nosotros. Ahora quiero
morir entre tus brazos y salvarme.

jueves, 6 de febrero de 2014

El día 20 recito con César Ulla

El próximo día 20 de feberero, a las 22.00 horas, estaré con César Ulla en la Sala ContraClub, calle Bailén, 13. Madrid

No suelo salir mucho últimamente, y siempre a cosas muy escogidas. Cosas de la edad y la salud. Pero César me ha invitado a recitar mis poemas con él.

He aceptado porque me apetece leer mis poemas. Pero, sobre todo, me apetece escuchar de los labios de César una poesía que llevo tiempo siguiendo. Y porque ahora me encuentro mejor y quiero estar con mis amigos.

Hace un tiempo otro amigo, Kike Ruiz, tuvo la deferencia de invitarme también. En aquellos momentos me era imposible. Pero, Kike, algún día será. Gracias a ellos y gracias a todos vosotros. Si os animais, allí estaremos. Tenemnos mucho que contar. Abrazos. Os dejo el cartel que César ha hecho para esta ocasión.

lunes, 3 de febrero de 2014

Versos a la alegría

Estos versos van a la alegría,
hacia tu vida van, ahora que el cuerpo
apenas se sostiene y por las venas
corre el fuego maldito del veneno.

Van mis versos a ti, para que ahuyenten
el peligro escondido en cada célula.
Y pueda, al fin, soñar con el futuro.
Los versos y los besos prometidos.

Estos versos, la noche que no es mía,
el despertar glorioso, la esperanza,
la carne amenazada, y esos días
que viven en la náusea y  que me hieren.

Tú, pequeña palabra, tú, nostalgia
de los libros de horas, cuando eras
el tierno amor, antiguo paraíso,
la pasión vestida de domingo.

Se rompen en la playa de tu nombre
estos versos de nieve y amapolas.
Vivir en tus recuerdos y dejarte
palabras como uvas de septiembre.

Va mi voz hacia ti. Como caminan
hacia la noche amable los amantes.
Para poder estar junto a tus manos,
para dormir en ti cada mañana.

Porque vivir es saber que el beso es frágil,
que en tu boca comienza un universo
de nubes y de azúcar. Y en tus manos
el mundo es el segundo más eterno.

Y por eso te escribo en este instante.
Convoco la nostalgia que he perdido,
cuando convivo con eso que ahora llaman
una larga y penosa enfermedad.

lunes, 27 de enero de 2014

Me has vencido

No tienes ya que preocuparte de mis cosas.
Son tan cortos los días, tan extraños
que apenas si hay lugar para la dicha.
No hay recuerdos que salven el futuro.

Espero, como esperan los amantes,
haciendo del instante un tiempo nuevo,
la soledad de un hombre, la palabra
que ahora ya decimos imposible.

No estás en mí. No sales de mi boca
como el viejo suspiro de esas noches
sin ti y sin paraísos donde pueda
mi corazón saltar hasta tu pecho.

No hay nada que saber. Tal vez la sola
sensación de conocerte muy lejana,
notar en tu garganta los latidos,
beber del agua amarga del olvido.

No debes preocuparte. Está la plaza
sin nombres que escribir en las paredes.
Y yo estoy sin tus sueños ni promesas.
Todo descansa en ti, como las sombras.

Para que vengas tú, para que vengas
me faltan las rosas que dejaste
una tarde de lluvia en la ventana.
Detrás de ti está el miedo de la carne.

Y ya nada te espero. Nada busco
más allá de ti misma. En la penumbra
adivino, por fin, tu cuerpo abierto.
No debes preocuparte. Me has vencido.

domingo, 19 de enero de 2014

Me refugio

Para huir de los miedos me refugio
en libros y recuerdos. Y persigo,
con Ahab a mi lado, a la ballena.
Recorro antiguos mares y envejezco
con Jhon El Largo en la Isla del Tesoro.

Bradbury me lleva de su mano
y lloro con Aquiles a las puertas
de una Troya vencida y con Ulises
escucho a las sirenas. Vuelo luego
al planeta del triste Principito.

Y pienso en ti. Sobre todo te recuerdo,
mi gran amor, mi más dulce palabra,
mi tierno mundo, el nombre de mis cosas,
mi horario y mi semana, mi equipaje,
el pecado más limpio de mi carne.

Pienso en ti para huir lejos del tiempo,
de todas las tormentas, de esta carne
frágil y derrotada. Me refugio
en las noches en las que tu cuerpo
me convirtió en  el hombre
más afortunado de la historia.


martes, 14 de enero de 2014

Manuel Cuesta, Rafa Mora y Moncho Otero


Manuel Cuesta inicia su gira de presentación de su nuevo disco: Cerca de la Tempestad. Tomad nota de sus conciertos. He escuchado el disco Con verdadero interés. Canciones para soñar, para reir, para emocionarse. Toda la verdad en el alma de un cantautor amigo, sensible y lúcido, cercano a un tiempo difícil y por eso necesario. No quiero detenerme en canción alguna de este album. Pero acudid a sus versos, a su música, a su poesía. Cada canción guarda trocitos de vida.

Salamanca 15 de Enero . Ya a la venta en EL CORRILLO. Calle Meléndez, 18. Salamanca. Precio 7€. Pack Entrada + Disco 12€

Córdoba 17 de Enero. Ya a la venta en TICKETEA, (Si las compras en Ticketea tendrás un 30% de descuento en la compra del CD ese día) . JAZZ CAFÉ . Calle Rodríguez Marín s/n. Córdoba . Precio 8€

Granada 18 de Enero. En la puerta, en LA TERTULIA. Calle Pintor López Mezquita, 3. Granada. Precio 7€ 

Madrid 19 de Enero.  CAFÉ LIBERTAD 8. Calle Libertad nº 8. Madrid. Precio 10€.

En Libertad coincidirá a las 19.00, con Rafa Mora y Moncho Otero que están con su ciclo de Versos sobre el pentagrama. He dicho ya en alguna ocasión que es difícil que nadie haya hecho tanto como Rafa y Moncho para dar a conocer la poesía. Como poeta invitado, mi amigo Álvaro, Álvaro Eucariótico. Una tarde- noche para vivir en la poesía. 
icar