martes, 30 de julio de 2013

Ante notario

Por la presente quiero, amor, comunicarte
que he decidido hoy, consciente y plenamente,
olvidarme de ti, no recordarte.
Y dejar en el cajón del alma donde mueren
las palabras de amor y las promesas,
las cartas de tu dicha y mi fracaso.
Y en la parte más fría, congelaré los besos,
el calor de tus manos, la costumbre
del sudor de tus pechos cuando amas.

No recordaré ya más –y así lo firmo-
tu forma de encender los cigarrillos,
la forma de beber el vino tinto,
la risa que te entraba cuando ibas
corriendo hacia mi pecho por las calles.
El modo en que te sacabas la ropa
y la manera de taparte con las sábanas.

Y tampoco –acuerdate de lo que digo-
voy a escribir ni un verso a tu memoria.
Ni una canción de amor deseperada,
ni cogeré ninguna borrachera
dedicada a tu cuerpo. Ni me haré con tu pelo
un nudo para atarte a mi cintura.

No volveré a llorar con las canciones
de amor, ni escucharé a Chavela por las noches,
ni voy a preguntar a mis amigos
por tus amores perros, ni tus labios.
Jamás recordaré que un día te quise.
Y siempre olvidaré que me dejaste.

Para que conste y a efectos oportunos,
te lo firmo en Madrid. En un día triste.

lunes, 22 de julio de 2013

Días contados

Días contados.
Lo mismo que los besos que nos dimos.
Igual que las palabras de tu boca.
El sueño de la tarde.
Las caricias,
inevitable muerte de las perdidas noches.
Todo está en el instante numerado.
Ni un minuto más para guardar las sombras.

Estas horas que huyen
hacia el misterio cierto del futuro.
Y en la plaza,
donde la luz se esconde entre los árboles
suena el viejo reloj. Y se deshace
la hojarasca reseca de los días.

Está todo contado. No hay caminos
que nos lleven gozosos al deseo.
No importa si después llegará vida
-esa vida anhelada-
de un cuerpo en el espacio de tu nombre.

Esta carne que muere,
Esta sangre sin venas ni horizontes.
Y cuando acabe todo, no saberte
más allá de ti misma.
Recordarte como una letra más
de los abecedarios imposibles.
Saber que un día lejano,
cuando el mundo era eterno,
tal vez –y sin quererlo-
tú me amaste.Y ya no te deseo.

lunes, 15 de julio de 2013

Cuento para ti

Soy el hombre feroz.
Yo te devoro tus pechos y tu ombligo.
Tu falda y tu sonrisa,
los pecados que cometimos juntos.
Y los dedos pequeños
de tus pies y tus manos. Los suspiros
en la esquina más negra
de los puertos de todas las mareas.

Soy el hombre feroz.
Tú eres la niña con la cesta de besos.
La merienda de cada tarde amada.
Y los zapatos blancos.
La que enciende la noche y el cigarro
de amarte en camas blancas.
La que sabe de nombres,
la que busca paraísos de carnes y temblores.

Eres la voz de los antiguos
sueños. La que tiene en sus labios
mi nombre prisionero
y me desgasta las letras y los números.
La que tiene guardado
en sus bolsillos estrellas y amapolas.
La dulzura del pan con chocolate.
El vino más espeso.

En cada paso tuyo el mundo se hace
paraíso de sombras,
espacio de la risa. Cuando era
la desesperación palabra ajena y otra.
Entonces ya no estabas.
Venían a mi encuentro viejos versos,
Estaciones de trenes,
campos de trigo, callejones
de niebla. Y era el beso
un cuchillo que hería soledades.

Soy el hombre feroz. Aquí me tienes
dispuesto a no ser nada
ni siquiera el recuerdo de tus ojos.


martes, 2 de julio de 2013

Carta a Marwan

De mis mejores recuerdos guardo con especial cariño una noche, al lado de Barcelona, compartiendo canciones y poemas contigo. Fue -¿te acuerdas?- una noche extraña y maravillosa. Todo tenía ese aire casi de circo, de titiritero, de cómicos antiguos buscando un espacio que nuestros amigos de Acróbatas nos habían brindado.

Leíamos poemas y tú cantabas canciones. La sala estaba llena y yo me sentí joven y nuevo, viendo y escuchándote cantar esas canciones que siempre, desde que las oí, a través de Ismael, me han emocionado. He pensado -y lo hemos hablado alguna vez- por qué no hemos repetido una experiencia que tan buenos resultados -al menos en aplauso y ventas de libros- nos dio. Pero somos jóvenes y ya tendremos ocasión.

Ahora veo que el 12 de julio vas al Circo Price, lo que no deja de ser una continuación de Acróbatas. Y veo que acompañado por tantos amigos comunes, esa gente que comparte contigo música, poesía, ganar de vivir para cantarlo.

Que tu poesía, tu música y la de quienes te quieren nos ayuden en estos tiempos difíciles. 

lunes, 1 de julio de 2013

Mensaje en la noche

Tus queridos mensajes, tus amadas
palabras que en la noche me despiertan.
Me dicen esas cosas que se dicen
cuando no hay nada importante que decirse.
Cómo estás. Qué tal marcha la vida.
A ver si un día de estos, una tarde,
tomamos un café.
                                 Pero me llegan,
en medio de estas frases tu sonrisa,
el calor de tu pecho que adivino,
desnudo por la casa y esas gotas
de sudor cayendo lentamente
por el hueco y misterio de tu axila.

Inevitable amor. Dulce nostalgia
de las cosas pequeñas. Tierno espejo
de platas y de azogues que se abren.
Niña de azúcar, tan lejana y exacta
como la desesperación de no saberte
posible aunque estuvieras aquí mismo.
En esta noche espesa, mientras duermen
los gatos y los niños piden agua
te convoco a mis manos. Te deseo
sabiendo que la luz nunca se muerde.
Sabiendo que los dioses jamás dieron
la paz a los vencidos.

                                Nunca vengas.